Cuando en lo alto de la montaña esta un amigo, es mas fácil subir

El Miravalles (desde Tejeda de Ancares)

Ruta realizada el 7 de Mayo.



Madrugamos con el fin de aprovechar el día, llegando a Candín para tomar el café a las 9 de la mañana, y aparcando en Tejedo sobre las 9 y media.

A pesar del madrugón, comenzamos la ruta a las diez menos cuarto de la mañana, tras mirar dudosamente hacía las nubes de las montañas, colocarnos los guetres, comentar la ruta con el paisano del bar y cambiar el coche de sitio indicado por un amable señor del pueblo de Tejeda.




La ruta comienza subiendo por un camino ancho, cortado en un punto por una verja de madera y cuerda. Después de por lo menos un par de km el camino se convierte en un sendero que se interna en un bosque con mucho encanto de acebos y algún tejo. El día comenzó siendo muy grís y rápidamente se volvió más gris aún por lo que el refugio del bosque nos vino bien para protegernos de la lluvia y viento.




Al refugio de un Tejo comimos algo para reponer fuerzas, quedanos ya muy cerca la braña al pié de la base de Miravalles, braña que luego nos indicó el paisano del bar, pertenecía al ayuntamiento de Candín. En la campa nos encontramos con una señal de madera con el indicativo "Miravalles" tirado en el suelo, nos imaginamos que el invierno lo desterró de su ubicación habitual.



Usando nuestros límitados dotes de orientación seguimos subiendo hacía arriba por un sendero que aveces se convertía en una autopista de escobas y arbustos cortados por una desbrozadora. En esta ocasión el GPS no nos dió su apoyo habitual ya que por alguna razón no se cargó bien el track.




Cruzado la campa llegamos a otra zona más allanada con una gran roca en medio. En la roca había una flecha roja grande y clara que indicaba a la izquierda, pero como no, decidimos tirar hacia la derecha por la autopista que veníamos siguiendo desde hace 15 minutos o así.


Aqui esta el mapa de la ruta que inicialmente teníamos pensado hacer, y en rojo la que hicimos, volviendo a Tejeda por la ruta en verde que teníamos que haber cogido para subir.



A la mitad de la loma vimos en la ladera de enfrente el sendero por donde debíamos haber seguido, pero a pesar de ello decidimos seguir subiendo por el camino elegido. Tras subir por una pequeña canal de roca llegamos a la llanura atizada por el viento y nos volvimos a encontrar con la autovía. Para nuestra sorpresa la autovía nos volvió a bajar un buen trozo hasta dejarnos en la base del Miravalles.



En este punto parece que el cielo se puso en contra de nosotros y nuestro objetivo, comenzó a llover constantemente y el pico se perdió entre las nubes. De las opciones de subida que teníamos delante cogimos la canal que subía más directamente hacia la cresta, y poco a poco luchando contra el viento subimos hasta la cresta hasta encontrarnos con el sendero que crestea desde el puerto hasta el pico del Miravalles.

Llegado a este punto, atizados por el viento y lluvia, nos sentamos al refugio de una roca para decidir el siguiente paso a tomar. Nuestra acompañante perruna no muy conforme con el día elegido para hacer la ruta se hizo un obillo intentando refugiarse del agua, otra vez más nos quedó claro que los galgos son perros de meseta soleada! Y nosotros, gente de montaña tambien echamos de menos el sol en ese momento. En los cinco minutos sentados en la cresta decidiendo seguir subiendo o dar por finalizado la ascensión solo pudimos entre ver el pico entre la niebla y las nubes un par de veces. De repente la lluvia se convertió en granizo y llegmos a la conclusión que subir más no estaba en nuestras posibilidades del día y comenzamos una rapida bajada por el mismo camino de subida. Desgraciadamente no tenemos ninguna foto de este momento del día, pero no estaba el tiempo para alargar más aún el tiempo en la cresta!
Empapados hasta la medula llegamos a la base de los canales y tomamos la rapida decisión de bajar por la sinuosa autovía, no por el recorrido de subida (en teoría por el sendero correcto de subir). Este sendero pronto desapareció dejandonos bajando al lado de un riachuelo con rocas, escobas y agujeros en el terreno que se convertió en toda una prueba para nuestro equilibrio, dandonos momentos de risas escandalosas mientras desapareciamos entre las escobas o resbalabamos rodando monte para abajo. De repente en medio de todo ese nada nos encontramos con otra señal que indicaba la dirección a tomar para subir al Miravalles! Incomprensible!!!!

Desde este punto encontramos el sendero que nos llevaba a la piedra grande de la flecha, a la braña, al acebuchal, y el camino de vuelta al pueblo, solo parandonos 10 minutos o así para comer algo.

Conclusión de la ruta - nos quedamos a escasos 40m de la cima pero nos supo a victoria igualmente, el día, climatologiamente hablando, fué horrible; nos llovió, nos granizó, el viento soplaba racheado y fuerte llegando incluso a tambalearnos. Pero en definitiva fue una salida al monte interesante y muy instructivo.

Y como no, aunque damos el objetivo 2011 como logrado, nos tocará volver a subir para poder disfrutar de las vistas desde el Miravalles (1.960m)

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