Cuando en lo alto de la montaña esta un amigo, es mas fácil subir

Las Ubiñas (2417m y 2197m)

Ruta realizada el 19/06/2011



Segunda jornada del fin de semana montañero y momento de cumplir un objetivo si no propuesto para el 2011, si para nuestras almas trotamontes eternamente inquietas...aún se me brillan los ojos al decir su nombre: Peña Ubiña...

Demasiadas veces había atrapado mi mirada al pasar, y desde demasiados angulos para recordar, pero esta vez la pude contemplar desde arriba como los buitres que circulaban lentamente alrededor de su cumbre.

A lo nuestro: llegada a Torrebarrio a las 10 menos algo de la mañana, cafetín en el bar del pueblo, comienzo de la ruta 10 y cinco, dudas varias sobre el inicio de la ruta con un tiempo perdido de 20 minutos, segundo comienzo de la ruta 10:25 de la mañana....que sería una ruta sin esas pequeñas pérdidas?????

La primera parte del recorrido es una dura subida por un camino de esos que nos gustan tanto ejem, hasta llegar a una curva y un vallado que clarisimamente te indica que hay que agachar el lomo y comenzar a subir de verdad hacia el collado Ronzón.
No hay posiblidad de desviarse del camino pues el monte esta llena de pequeños sendero que suben todos en dirección el collado; además este se ve en todo momento para asegurarte que la dirección es buena.



Al collado llegamos en un nada y decidimos saciar nuestro apetito mañanero antes de atacar la cumbre; estos son los desayunos que me gustan a mi, florecitas a mis pies, aire puro en mis pulmones y empanada Yordas en mis manos esperando a ser engullido en cualquier instante...pura vida amigos.



Desde este punto comienza lo bueno, la subida a Peña Ubiña es una entretenida ascensión entre rocas donde en muchas ocasiones hay que poner las manos para ayudarte o mantener un poco el equilibrio; la dureza de su pendiente te hace ir despacio y las vistas premian tu esfuerzo, cada paso te lleva mas cerca a la cumbre y del espetaculo que es ver no solo el entorno de Babia sino muchas cumbres amigas.







Una vez superarada la parte de mayor pendiente la llegada a la cumbre es un paseo por una cresta bastante amplia sin sensación de peligrosidad; esta claro que en condiciones diferentes a las del domingo, con lluvia, nieve, niebla o tormenta sería una historia completamente diferente y no se lo recomendaría a ningun trotamontes que no tuviese mucha experiencia y ¿he dicho mucha experiencia ya? pues eso, no apto para inexpertos.

Pero nuestro día era muy soleado, apenas sin aire y caluroso, y la cresta nos llevó a la cumbre con su buzón y colección de espectadores todos disfrutando de las vistas; desde luego ha sido la montaña donde mas gente me he encontrado, sin exagerar habría en la cumbre igual 20 personas, mas las que nos cruzamos tanto para subir como para bajar. Lo que os digo yo, Peña Ubiña te llama para que la subas, y no susurrando sino a voces.





La bajada que hicimos fue por el mismo sendero de subida, y en menos de tres cuartos de hora estabamos de nuevo en el collado del Ronzón disfrutando de un delicioso bocadillo preparada por la mundialmente conocida elaboradora de bocadillos, la Amiga Reunida señorita de Castro.

Zampado el bocata giramos la cabeza en dirección Peña Ubiña la pequeña; en la bajada ya habíamos decidido que sería una pena llegar hasta aqui y no subirla, apenas 200m nos separaban de su cumbre y la veíamos como la guinda de nuestro pastel de fin de semana. Pues adelante....



Decidimos rodearla por la derecha desde el collado Ronzón, decisión tomada al ver otro grupo delante de nosotros sufriendo en una de las canales herbosos del lado izquierdo. Al rodearla vimos una posible subida cruzando un pequeño desprendimiento de gravilla y arena de un cortado a media ladera. Rapidamente ganamos altura acercandonos a la base rocosa de la montaña.









Desde este punto, basandonos en nuestro recién aflorado sentido de la orientación y un hito estrategicamente puesto, trepamos los escasos metros que nos separaban de la cumbre por una grieta en la roca. Otra cima conquistada, Peña Ubiña la pequeña!!!!!

Arriba Jesus descubrió la ventana de babia (del logo de la comarca) que por supuesto fotografié, y luego nos indicó que igual la bajada se hacía mejor por el otro lado, evitando la zona de gravilla de la subida y esa ultima trepaba que hacia abajo no nos hacía tanta ilusión, pero que ojo tiene este chico!





El descenso fue por una serie de canales herbosas que se cruzaban entre sí y nos permitian ir eligiendo el camino que mas confianza nos daba.







Una vez abajo solo nos quedaba remontar un poco la vega asturiana hasta el collado para volver nuevamente a la vertiente leonesa.

La bajada a Torrebarrio lo hicimos en tiempo record, sin llegar a tres cuartos de hora, inspirados por la cervecita que sabiamos que nos aguardaba en el bar del pueblo.

Con esto terminamos el fin de semana montañero y nos quitamos un poco las ganas de monte para unos días. Ahora me pregunto, cual será el siguiente...?

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