Cuando en lo alto de la montaña esta un amigo, es mas fácil subir

Puerto de Ancares - Cuiña - Burbia

Volvemos a Ancares!

El CAB tenía programado para el fin de semana del 15-16 de febrero una interesante propuesta montañera que comenzaba el sábado por la noche en Guímara, durmiendo en el refugio del Campo de la Pesca, para madrugar mucho el día siguiente y coronar el Miravalles con las primeras luces del día, luego recorrer el cordal hasta el Cuiña y descender a Burbia para finalizar la segunda jornada.

Para poder adaptarlo a nuestras posibilidades nos apuntamos a la segunda parte del fin de semana, subiendo el domingo hasta el puerto de Ancares para poder realizar la ascensión al Cuiña y el descenso a Burbia.



Ya la subida al puerto tenía mucho encanto; la nieve caída la noche anterior dejaba un silencio invernal absoluto y hubo que colocar las cadenas poco después de Tejedo. Carlines el conductor hacía el favor de recoger en el puerto el exceso de equipaje de los que hacían la ruta de dos días y aprovechaba para foquear un poco por la zona. A nosotros nos vino genial para poder incorporarnos en la ruta.



Desde el puerto el paisaje era espectacular...hicimos tiempo caminando un poco en la dirección del Miravalles, Hugo aprovechó para hacer su primera bajada con su recién estrenada Split-Board. La nieve estaba en un estado óptimo!









Un poco mas tarde de lo previsto el grupo procedente de Guímara hizo su aparición; uno de los del grupo 
venía con la rodilla tocada y la cantidad de nieve los había retrasado un poco. Aprovecharon para reponer fuerzas, mientras nosotros nos calzábamos los crampones/ tablas para comenzar lo que era para nosotros el inicio de la jornada oficial...comienzo que daba lugar a la una de la tarde...





Salimos desde el puerto dirección Cuiña, la mañana que había sido soleada y despejada se estropeo un poco ya que la niebla no hacía mas que subir y bajar...en fila india y abriendo huella nos pusimos mano a la obra...¡que nieve! ¡que paisaje!



Hugo comenzó su particular odisea con sus tablas, comprendió que quizá no era el mejor día para estrenarlos...

Poco a poco el tiempo pasaba, la niebla subía y bajaba, y la cumbre no hacía aún su aparición. El grupo estaba algo cansado pues ya llevaban mas de 5 horas de camino encima.



Superado el primer alto antes del Cuiña, Hugo decidió quitar las tablas y calzarse los crampones, la nieve lo exigía; las tablas para la mochila y ahora a cargar con ellas...este peso extra luego lo tendría que pagar.





Por fin coronamos el Cuiña ¡a las tres de la tarde! El juego de luces con la niebla ofrecía unas vistas increíbles, aunque el aire gélido y el apurado horario no dejaron mucho tiempo para fotos.



Comenzamos la bajada hacia el collado que separa PeñaLonga del Cuiña, esta zona la conocíamos bastante bien y sabíamos que nos esperaba una larga bajada a Burbia. La primera parte de la bajada fue rápida sobre una nieve primero dura y luego lo suficientemente blanda para dar grandes pasos de bajada con la seguridad de no caerse. Hugo y Campelo, que también porteaba tablas, intentaron aprovechar la bajada, aunque el estado de la nieve nos les permitió avanzar mucho.






En este punto la nieve comenzó a ponerse muy paposa y blanda, nos hundíamos a cada paso, enterrándonos hasta a veces por la cadera...he dicho ¡que nieve! quería decir ¡que m***** de nieve!



Seguíamos un track pero parecía que nunca llegaba el momento de bajar el valle y hacia el pueblo...había mucha nieve acumulado en las laderas...esto se hacía insufrible ¿será la falta de costumbre? El pobre Hugo luchaba con cada paso con el peso de su mochila y tablas, menos mal que nuestro amigo Alvaro, bloggero del  http://komando00.blogspot.com.es/ , le echó una mano!







Y por fin parecía que perdíamos altura, aunque con cada paso nos hundíamos mas en una nieve que ya no hacía gracia ninguna... hasta que finalmente llegamos al camino que nos llevaría hasta Burbia...eso sí, no antes si recorrerla...larga ella...






Llegamos al pueblo ya de noche pero felices y contentos de haber superado una jornada inesperadamente larga y dura. Solo puedo felicitar a los pobres que hicieron la jornada completa desde el Miravalles, mas de 12 horas de marcha, y con muchaaaa nieve para quitar el mono para una buena temporada. Un aplauso para ellos, una hazaña para contar desde luego.

Para mi concluyo que ha sido gratificante volver a la montaña después de unos cuantos meses, curiosamente la ultima ruta que hice también fue por esta sierra, precisamente al Campo de Agua; sigue sin convencerme esto de las rutas invernales, prefiero el terreno bien sequito aunque reconozco el paisaje cubierto de blanco es hipnotizante.


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Solo una cosa final, el sábado me enteré que nuestro amigo cánido Babú de Salientes había pasado a mejor vida, supongo que sus dueños estarán destrozados pero creo que también dejará un enorme hueco en el corazón de todos los que hemos compartido jornadas montañeras con el; siempre me encandiló el carácter de ese perro, demostrando otra vez mas que los animales están en otro nivel superior al nuestro y que son mejores compañeros que muchos de los que nos rodean, adiós Babú. como dicen sus dueños eras el puto amo del Alto Sil.